Estamos viviendo lo que algunos investigadores llaman la cuarta revolución industrial, y la Salud 4.0 es una parte importante en la transformación social a través del uso eficiente de la innovación.
Hablar sobre temas innovadores como la inteligencia artificial, la realidad virtual, la robótica, el aprendizaje automático y el Internet de las cosas puede parecer muy lejano al ámbito de la salud, especialmente en países donde todavía existen desafíos de acceso a los servicios médicos. Sin embargo, el uso de estos recursos ya está transformando el trabajo de los profesionales de este campo, también en Brasil.
¿Cómo está sucediendo esto? En este artículo explicamos cómo se está consolidando el concepto de Salud 4.0 en la prestación de servicios de salud en el día a día, y cuál es su impacto en la práctica profesional.
Actualmente es imposible pensar en una vida sin los recursos tecnológicos que, cada vez más rápido, se vuelven esenciales en nuestro día a día.
La tecnología y los dispositivos inteligentes han transformado la forma en que realizamos tareas simples, trabajamos, nos comunicamos y nos relacionamos como sociedad.
La cuarta revolución industrial está ocurriendo actualmente , marcada por el uso de grandes innovaciones como la inteligencia artificial, la nanotecnología, el Internet de las cosas (IoT) y la computación en la nube.
Desde la primera revolución, que comenzó en la segunda mitad del siglo XVIII, la industria ha experimentado constantes transformaciones. De hecho, otras dos revoluciones ocurrieron en los siglos siguientes, principalmente debido al descubrimiento de nuevas fuentes de energía.
Esta vez, sin embargo, la evolución no solo implica mejoras estructurales en la cadena de producción. La industria 4.0 está conectando datos, automatizando procesos y transformando las relaciones humanas de una manera nunca antes vista.
El resultado de estos avances se puede percibir principalmente en la agilidad y eficiencia de los procesos en diversos ámbitos.
Otro aspecto importante de la cuarta revolución es la expansión de la aplicabilidad de estos recursos en áreas esenciales de la sociedad, como la salud.
Es en este escenario de innovación exponencial que surge la Salud 4.0, también conocida como Salud Digital. El concepto se refiere a la aplicación de recursos tecnológicos desarrollados por la industria 4.0 en servicios médicos.
El uso de estas innovaciones es reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como vectores de mejora en el trabajo de los profesionales involucrados y en los resultados de la atención que obtienen los pacientes.
A través de estas herramientas, por ejemplo, es posible promover una atención integrada, basada en datos y totalmente personalizada.
Además, el uso de inteligencia artificial y automatización genera un cambio de paradigma en un sector históricamente vinculado a prácticas que dependen casi exclusivamente de la acción presencial y humana.
Según un artículo publicado por el Wisconsin Institute for Healthcare Systems Engineering de la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos, hay dos elementos principales que representan la Salud 4.0:
En la práctica, lo que vemos es que la tecnología permite promover una atención médica más eficiente a través de:
Es imposible hablar sobre Salud 4.0 sin considerar las cuestiones éticas y de derechos humanos. Cuando la tecnología comenzó a impactar en los servicios médicos, automáticamente el tema también se convirtió en objeto de debate.
En 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó el informe «Ética y gobernanza de la inteligencia artificial para la salud». El documento resultó de un trabajo realizado durante 18 meses por un equipo multidisciplinario de expertos en salud, tecnología, derechos humanos y ética.
Según la propia institución, el objetivo del informe fue identificar y debatir los desafíos y riesgos éticos del uso de la inteligencia artificial en el ámbito de la salud.
En el documento, publicado en inglés, también se pueden encontrar recomendaciones que buscan garantizar que la tecnología satisfaga las necesidades del sector de manera adecuada.
Algunos temas centrales de la publicación se centran en la responsabilidad de las partes interesadas, la protección de datos y la aplicación de la tecnología teniendo en cuenta la diversidad de entornos socioeconómicos existentes.
La OMS reconoce el gran potencial de la inteligencia artificial y la tecnología en general para promover mejoras en los servicios de salud. Por lo tanto, trabaja para promover el uso máximo de sus beneficios con el mínimo de riesgos.
La pandemia de COVID-19 aceleró procesos para promover mejores servicios de salud. Este cambio rápido de comportamiento dejó pistas importantes sobre cómo debe evolucionar la atención médica en todos sus segmentos.
La práctica de la telemedicina, por ejemplo, ganó fuerza debido a la necesidad de evitar la exposición del paciente al entorno hospitalario y acelerar el diagnóstico para evitar complicaciones con la enfermedad.
Con la emergencia sanitaria controlada, fue posible evaluar los beneficios del uso de recursos tecnológicos en la salud y abrir definitivamente espacio para las prácticas de Salud 4.0.
En un entorno de Salud Digital, la prestación de servicios se realiza a través de sistemas equipados con dispositivos inteligentes e integrados para generar los mejores resultados. La inteligencia artificial puede ayudar al médico en la predicción de diagnósticos, tratamientos y acciones preventivas, funcionando como una especie de copiloto.
En este contexto, los médicos y otros profesionales de la salud pueden contar con el apoyo de la tecnología para tomar decisiones más precisas, basadas en datos, agilizar los procedimientos e incluso reducir costos.
La revolución digital en la salud está ocurriendo en este mismo momento y combinar la tecnología y los servicios médicos es un camino sin vuelta atrás.
Aunque mencionar temas como IoT, robótica y sistemas en la nube puede parecer algo lejano a la realidad médica, estas tecnologías ya son una realidad en varios países, incluido Brasil.
Los avances realizados hasta ahora demuestran mejoras en la relación con el paciente y una mayor eficiencia tanto en los diagnósticos como en los tratamientos.
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